Los sucesos del Golpe de Estado contra el Comandante Hugo Chávez, mantienen vigencia en momentos en que los mismos sectores fascistas y sus protagonistas continúan intentando desestabilizar al país
El 11 de abril de 2002 es una fecha viva, que aún esta latente y continúa determinando la historia contemporánea de Venezuela, sobre todo en lo que se refiere a las pretenciones de la ultraderecha representada por Henrique Capriles Radonski y su vocación profundamente antidemocrática, desconocedora de la legitimidad de las instituciones que están al servicio del pueblo y rigen la vida de la nación.
Esta afirmación fue hecha por el analista político, Alberto Aranguibel, durante su participación en la programación especial que transmite este jueves Radio Nacional de Venezuela (RNV), a propósito de conmemorarse los 11 años del Golpe de Estado contra el Comandante Hugo Chávez ocurrido el 11 de abril de 2002 y el cierre de la campaña electoral del candidato Socialista Nicolás Maduro rumbo a las elecciones presidenciales del próximo 14 de abril.
En opinión de Aranguibel ambos acontecimientos convergen precisamente en momentos en que los mismos sectores fascistas y sus protagonistas continúan intentando desestabilizar al país y truncar la construcción de una sociedad de iguales.
Abril es una fecha importante y vigente porque permite determinar la vocación antidemocrática de los sectores hegemónicos de la derecha que representa Capriles Radonski y que defienden el modelo de la democracia burguesa por ser un mecanismo de dominación, frente a la verdadera posibilidad que representa el proceso revolucionario para avanzar con un pueblo que cada día se sobrepone a las distintas fórmulas de opresión con voluntad ferrea.
No obstante, ante cualquier arremetida o intentona de la derecha nacional o internacional, Aranguibel no tiene duda que la respuesta del pueblo revolucionario tendrá mayor contundencia que aquel 11 de abril 2002 y que el socialismo se afianzará aún más con la victoria de Nicolás Maduro el próximo 14 de abril.
La oposición y sus representantes nunca han tenido capacidad de convocatoria ni liderazgo, explicó el analista, solo se dedican a figurar en los medios de comunicación, en contraste con el gran crecimiento de los seguidores de la propuesta del socialismo y de la idea de soberanía y de patria construida por el Comandante Chávez.
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